sábado, febrero 03, 2007

# poema sin título #

Corriendo hacia el sol
Nadie me dijo, nadie me habló
del dolor de un camino arduo.

Vuelvo a casa
me entrego a mi sillón
y voy retrocediendo hacia el centro
de mi corazón,
donde estás tú.
donde me esperas, me miras y me hablas
de volver a las estrellas.


Sorel en busca de Didíe

PromEsAs qUe nO VaLEn NadA

Prometo firmemente no
escribir lo números de las páginas de mi vida
antes de comenzar a engendrarlas.

Prometo firmemente no firmar
mis poemas hasta haberlos terminado.

Y eso tiene que ser de tu mano,
a mi lado,

Y, juntos, redactar nuestras vidas
sobre papel blanco, en tintas de colores.

La mIgrAcióN dE SoRel


Tras los inesperados cambios que había experimentado en su vida, Sorel, decepcionado, sorprendido y meditabundo se dispuso a seleccionar un par de poemas de entre los muchos que había escrito durante su peregrinaje particular. La migración forzada de Sorel hacia algún puerto nuevo se presentaba como difícil, y no excitante o llena de nuevas e intensas emociones, como suele leerse por ahí. Nihilista convencido, hastíado y medio-asqueado-del-juego-de-los-sentimientos Sorel migra. Ahora está migrando. Hacia tierras inexploradas, en busca de rotten-apples que se abran para él. En su marcha, le acompañan nada y nadie. Transita acompañado de algunos recuerdos y del convencimiento de tener algún que otro amigo, repartidos por la geografía europea. A veces piensa en Boo y le gustaría cambiarse por ella, diseñar, vivir, hablar en alemán... sin embargo a Sorel ahora le toca caminar, caminar, caminar y, después, caminar un poquito más... y, cuando haya perdido algunas esperanzas, sorprenderse porque algo aparecerá en su vida que le alegre, le entusiasme y le borre de la mente todo el proceso migratorio-penoso-necesario que ahora comienza. Al menos así sucede habitualmente y así le ha venido sucediendo durante los últimos años...